miércoles, 11 de junio de 2014

La motivación personal, según Javier Clavero

Por Manuela Ortega (@ManuelaOrtegaCa)

Javier Clavero no es psicólogo ni filósofo, pero ha hecho del aprovechamiento de la vida un arte, e imparte cursos de motivación personal en empresas, universidades, clubes deportivos, ONGs e instituciones penitenciarias.

Un día antes de la presentación en Madrid de su último libro, ‘La motivación del alma, el camino’, nos recibe en una concurrida cafetería del centro de la capital.



- Yo vengo de un fracaso empresarial monumental –comienza diciendo- en el sector de las obras públicas, pero nunca hice responsable a nadie lo que me ocurrió, ni a la política, ni a la sociedad, ni a la historia ni a mi carácter. Eso me ha permitido ser el auténtico responsable de lo que hago con mi vida y, en consecuencia, reinventarme a mí mismo en una nueva carrera.

Uno de sus libros se llama ‘¿Abandonas? Jamás abandones’. ¿Ni siquiera cuando todas las circunstancias son adversas?

- Cuando tú has tomado una decisión en tu vida y te has comprometido con esa decisión, tienes que tener presente que los que llegan son los que no abandonan, y los que abandonan son los que no llegan. El ser humano ‘per sé’ está acostumbrado a crear excusas para abandonar cuando salen las más mínimas adversidades, y eso es porque tenemos nuestros miedos, y no hemos aprendido a trabajarlos. Sólo aquellos que empiezan a mirarse al espejo para verse mentalmente –ver sus lados buenos para potenciarlos, sus lados malos para corregirlos-, conocerse, reconocerse y asumirse, pueden emprender un camino de superación. No compitiendo contra los demás, sino contra uno mismo.

¿Y eso cómo se lleva a cabo en la práctica?

-   A Confucio le preguntaban “¿por qué compras arroz y flores?”, y él respondía “compro arroz para vivir y flores para tener un motivo por el que vivir”. Simplemente si has encontrado esas flores que te motiven, has encontrado tu panacea, y a partir de ahí, crea tus recursos, tus herramientas.

¿Para eso hace falta ser muy fuerte mentalmente?

-  El ser fuerte mentalmente es algo que se aprende, se entrena, se practica, y llegas a dominarlo. La mayoría de nosotros ni somos fuertes mentalmente ni emocionalmente. Nos toca convertirnos en eso cuando la vida nos pone entre la espada y la pared. Entonces, o caes, y caes a un lugar que se llama fracaso, o remontas y te reinventas. Pero es que el fracaso, el éxito, la felicidad, etc., no son lugares, son estados de ánimo, son actitudes. Te pase lo que te pase, lo decisivo es la actitud que tú tienes ante ello.

¿Y cómo se fortalece la actitud positiva?

- En mi caso, por ejemplo, yo he realizado múltiples actividades a lo largo de la vida, como estudiar marketing, ventas, dirección comercial, gestión de calidad, he sido monitor de submarinismo, he volado en parapente, he practicado kárate, luego me dediqué al taichi, y todas esas experiencias me han servido para conocerme, para hurgar dentro de mí y emprender un camino de superación personal que además sea ejemplo para los demás, y que atraiga a personas y situaciones que empatizan enormemente conmigo.

¿Y qué pasa con los miedos?

- Yo tengo aún hipotecas de mi antiguo negocio, tengo una situación complicada, y la enfrento trabajando, las limitaciones me las cargo trabajando, enfrentando mis miedos y enfrentándome buscando soluciones, metiendo las narices en todo aquello que me sirva a mí y, en los últimos años, que pueda servir también a los demás.

¿Cómo manejó usted hace tres años ese fracaso empresarial del que habla?

- Como te decía, nunca hice responsable a nadie de lo que me ocurrió a mí. Y eso me permitió levantarme. Hoy, aunque mi situación económica es muy delicada, estoy sembrando constantemente, estoy haciendo cosas de manera altruista y dedicándome a lo que realmente me gusta. Y siendo responsable de mi vida y actuando, he conseguido que haya mucha gente que confía en mí.

¿Qué consejo le daría a los emprendedores que inician ahora un nuevo negocio?

- Que es infinitamente mejor un plan mediocre que el posible mejor plan del mundo que nunca te viene a la cabeza. Además, hay un factor crucial, que es buscar los entornos adecuados, los que te aúpan hacia arriba. En este sentido, un descubrimiento importantísimo para mí han sido las famosas reuniones de networking, a las que voy todos los jueves. Cuando inicié mis proyectos de motivación personal, yo no conocía a nadie. Gracias al networking, ahora tengo buenos amigos profesionales de todos los ámbitos, que están siendo fundamentales en el desarrollo de mi carrera.

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