Por Manuela Ortega (@ManuelaOrtegaCa)
Javier Clavero no es psicólogo ni filósofo, pero ha hecho del aprovechamiento de la vida un arte, e imparte cursos de motivación personal en empresas, universidades, clubes deportivos, ONGs e instituciones penitenciarias.
Javier Clavero no es psicólogo ni filósofo, pero ha hecho del aprovechamiento de la vida un arte, e imparte cursos de motivación personal en empresas, universidades, clubes deportivos, ONGs e instituciones penitenciarias.
Un día antes de la presentación en Madrid de su último
libro, ‘La motivación del alma, el camino’, nos recibe en una concurrida
cafetería del centro de la capital.
- Yo
vengo de un fracaso empresarial
monumental –comienza diciendo- en el sector de las obras públicas, pero nunca
hice responsable a nadie lo que me ocurrió, ni a la política, ni a la sociedad,
ni a la historia ni a mi carácter. Eso me ha permitido ser el auténtico responsable de lo que hago con mi vida
y, en consecuencia, reinventarme a
mí mismo en una nueva carrera.
- Uno de sus libros se llama
‘¿Abandonas? Jamás abandones’. ¿Ni siquiera cuando todas las circunstancias son
adversas?
- Cuando
tú has tomado una decisión en tu vida y te has comprometido con esa decisión,
tienes que tener presente que los que llegan son los que no abandonan, y los
que abandonan son los que no llegan. El ser humano ‘per sé’ está acostumbrado a
crear excusas para abandonar cuando
salen las más mínimas adversidades, y eso es porque tenemos nuestros miedos, y
no hemos aprendido a trabajarlos. Sólo aquellos que empiezan a mirarse al
espejo para verse mentalmente –ver sus lados buenos para potenciarlos, sus
lados malos para corregirlos-, conocerse, reconocerse y asumirse, pueden
emprender un camino de superación.
No compitiendo contra los demás, sino contra uno mismo.
- ¿Y eso cómo se lleva a cabo en la
práctica?
- A
Confucio le preguntaban “¿por qué
compras arroz y flores?”, y él respondía “compro arroz para vivir y flores para
tener un motivo por el que vivir”. Simplemente si has encontrado esas flores
que te motiven, has encontrado tu panacea, y a partir de ahí, crea tus
recursos, tus herramientas.
- ¿Para eso hace falta ser muy fuerte
mentalmente?
- El
ser fuerte mentalmente es algo que se aprende, se entrena, se practica, y llegas
a dominarlo. La mayoría de nosotros ni somos fuertes mentalmente ni
emocionalmente. Nos toca convertirnos en eso cuando la vida nos pone entre la
espada y la pared. Entonces, o caes, y caes a un lugar que se llama fracaso, o
remontas y te reinventas. Pero es que el fracaso, el éxito, la felicidad, etc.,
no son lugares, son estados de ánimo, son actitudes.
Te pase lo que te pase, lo decisivo es la actitud que tú tienes ante ello.
- ¿Y cómo se fortalece la actitud
positiva?
- En
mi caso, por ejemplo, yo he realizado múltiples actividades a lo largo de la
vida, como estudiar marketing, ventas, dirección comercial, gestión de calidad,
he sido monitor de submarinismo, he volado en parapente, he practicado kárate,
luego me dediqué al taichi, y todas esas experiencias
me han servido para conocerme, para hurgar dentro de mí y emprender un camino
de superación personal que además
sea ejemplo para los demás, y que atraiga a personas y situaciones que
empatizan enormemente conmigo.
- ¿Y qué pasa con los miedos?
- Yo
tengo aún hipotecas de mi antiguo negocio, tengo una situación complicada, y la
enfrento trabajando, las limitaciones me las cargo trabajando, enfrentando mis
miedos y enfrentándome buscando soluciones, metiendo las narices en todo
aquello que me sirva a mí y, en los últimos años, que pueda servir también a
los demás.
- ¿Cómo manejó usted hace tres años ese
fracaso empresarial del que habla?
- Como
te decía, nunca hice responsable a nadie de lo que me ocurrió a mí. Y eso me
permitió levantarme. Hoy, aunque mi situación económica es muy delicada, estoy
sembrando constantemente, estoy haciendo cosas de manera altruista y dedicándome a lo que realmente me gusta. Y siendo
responsable de mi vida y actuando, he conseguido que haya mucha gente que
confía en mí.
- ¿Qué consejo le daría a los
emprendedores que inician ahora un nuevo negocio?
- Que
es infinitamente mejor un plan
mediocre que el posible mejor plan del mundo que nunca te viene a la cabeza.
Además, hay un factor crucial, que es buscar los entornos adecuados, los que te
aúpan hacia arriba. En este sentido, un descubrimiento importantísimo para mí
han sido las famosas reuniones de networking,
a las que voy todos los jueves. Cuando inicié mis proyectos de motivación
personal, yo no conocía a nadie. Gracias al networking, ahora tengo buenos
amigos profesionales de todos los ámbitos, que están siendo fundamentales en el
desarrollo de mi carrera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario